EL
MUNDO
5 octubre
2016
¿Hay un límite natural para la longevidad humana? Un equipo de
investigadores de Estados Unidos ha hecho un exhaustivo análisis de datos
demográficos de 40 países y ha llegado a la conclusión de que sí: según publica
este miércoles la revista Nature, hay muy pocas
posibilidades de que un ser humano viva más de 125 años.
El
equipo que dirige Jan Vijg en el Albert Einstein College of Medicine de Nueva York
analizó datos de natalidad y de mortalidad de la Base de Datos de Mortalidad
Humana de más de 40 países. Como se esperaba, descubrieron que en una
generación el número de personas de más de 70 años aumenta de año en año, pero
sólo hasta un punto determinado. Y en el caso de los datos de personas de más
de 100 años, ese punto era todavía más limitado, informa Dpa.
Vig y su grupo
determinaron a partir de esos datos que el grupo de seres humanos que llega a
una edad más avanzada es cada vez mayor en las últimas décadas, si bien esa
edad es cada vez menor desde hace treinta años.
La
francesa Jeanne Calment, que murió en 1997 con 122
años, es la persona que más ha vivido hasta ahora, y los científicos creen que
es poco probable que ese récord sea superado. Sin embargo, tras la muerte de Calment, "los supercentenarios
[las personas que viven más de 110 años] han fallecido en torno a los 115 años
y predecimos que eso no va a cambiar en un futuro próximo", asegura a AFP
Brandon Milholland, otro de los autores de la investigación.
La esperanza de vida máxima
"Algunas
evidencias apuntan a que la esperanza de vida máxima no es fija. Hay estudios a
partir de modelos de organismos que muestran que la esperanza de vida máxima es
flexible. En contra de lo previamente sugerido, que la longevidad humana puede
extenderse más allá (de los límites observados hasta ahora), nuestros datos
sugieren de manera sólida que la esperanza de vida está limitada" de forma
natural, afirman los investigadores en su estudio de Nature.
El
estudio señala que la idea de que el envejecimiento es un proceso con utilidad
evolutiva, programada a partir de la selección natural, está
"desacreditada".
Lo que
parece más probable, para Vig y su grupo, es que la
existencia de un límite natural a la existencia humana es "una
consecuencia de los programas genéticos establecidos en las primeras etapas de
la vida, como el primer desarrollo, el crecimiento y la reproducción".
Los
científicos subrayan que no consideran imposible que el ser humano logre
extender su vida más allá de esos límites naturales, si bien sugieren que ese
escenario "requeriría intervenciones más allá de la mejora de la
salud".
Algunos
de esos métodos "están actualmente siendo investigados", afirma el
estudio, que apunta que "no existe razón científica para anticipar que
esos estudios no puedan tener éxito".
"Las
posibilidades (de lograrlo) están esencialmente limitadas por la miríada de
variables genéticas que determinan de forma colectiva la esperanza de vida de
una especie determinada", indica el trabajo.